
Habréis hablado muchas veces de la virginidad y escuchado comentarios y preguntas del tipo: ¿Todavía eres virgen? ¿Desde cuando no eres virgen? ¿Qué se siente cuando dejas de ser virgen?… Es un tema que en algún momento nos preocupa, a veces porque hay presión social para tener las primeras relaciones sexuales, otras porque alguna chica es juzgada por tenerlas, o porque no entendemos qué tiene que ver la virginidad con nosotres, porque… ¿las personas LGTBI también perdemos la virginidad?
Otra vez nos encontramos con la visión heterosexual y con el coito como única práctica sexual. Además, ¿es igual perder la virginidad para los chicos que para las chicas en relaciones hetero?….. NO, no lo es.. A un chico normalmente se le anima para que tenga las primeras relaciones sexuales, mientras que a una chica todo lo contrario. “Si no estás segura de que lo quieres no lo hagas con él” “Tienes que esperar a encontrar el chico ideal” “Piénsatelo bien, la primera vez tiene que ser muy especial”… Por lo tanto, la idea de virginidad es una manera de controlar la sexualidad de las mujeres, un aspecto que tendría que formar parte de la privacidad y de la libertad de cada una.
¿Y si asumimos que “la virginidad” es una construcción cultural? ¿Y si nos deshacemos de esta idea tan cerrada y pasada? ¿Y si rompemos con la reproducción de esas preguntas que a nadie nos gusta que nos hagan? ¿Y si respetamos el derecho que cada cual tiene a decidir sobre su sexualidad y a disfrutarla con libertad?
La idea es romper con las ideas heteronormativas y coitocentristas y reclamar el derecho de las mujeres a mandar sobre sus propios cuerpos y a disfrutar de su placer sexual.